De la mano de la diseñadora Emilia “Eme” Carranza, las instalaciones de Quilmes, que cuentan con más de 130 años, han sido restauradas conservando la sala de cocimiento, original de 1890, con las auténticas y originales ollas de cobre en las que se elaboraron las cervezas y sus históricos vitrales.
“Cuando trabajamos en estos procesos de restauración, lo primero que hacemos es identificar dónde está el alma del lugar, los elementos icónicos, para tenerlos como premisas” sostuvo la arquitecta Carranza a Áreas Globales. Como el lugar había sufrido procesos anteriores, debió hacerse un trabajo de investigación, e ir a buscar fotos, archivos registros, e incluso entrevistas con maestros cerveceros retirados que dieron su testimonio sobre el lugar.
“Trabajamos con procesos super aresanales: por ejemplo los pisos que están en el sector de las ollas son originales y ya no se fabrican, por lo cual fue necesario reproducirlos cortando cada pieza de mármol y colocándolas una por una, en un trabajo de hormiga, en una planta de casi 500 m2”.
En cuanto a los vitrales, se restauraron los existentes, y tomándolos de inspiración se crearon nuevos como el que está en el fondo de la barra, que es el más destacado y el que busca exaltar el producto más importante que tiene la cerveza que es la cebada. Se aplicaron murales, para incorporar el mundo de la comunicación visual con las personas que vendían y consumían el producto, para contar de manera vívida la historia de la marca. Igual proceso de rescate se tuvo con las ollas de cobre, que recuperaron su brillo original.
Con esta apertura, la marca propone una experiencia única de disfrutar de la cerveza, con un menú exclusivo desarrollado por Lele Cristóbal, y conocer el espacio a través de visitas guiadas.
Para más información: https://www.quilmes.com.ar/lacasadequilmes