Desde el año 2010 la Fundación Andreani venía trabajando junto al Estudio Clorindo Testa en un proyecto para el edificio de la Av. Don Pedro de Mendoza 1987, entre Magallanes y Roca, para alojar la colección de arte permanente y servir de sitio para exponer obras nacionales.
La vieja casona en la que se decidió la instalación, frente al Riachuelo, tenía en su historia haber sido astillero, cantina, y taller de artistas, entre ellos el de Rómulo Macció. Corresponde a lo que fue una vivienda familiar de fines del siglo XIX o principios del XX de estilo italianizant,compuesta por dos plantas con dos locales en el frente.
Cuando Clorindo fue convocado, en dos bosquejos planteó la idea que ahora se llevó a la realidad: mantener la fachada, y el patio, huella de identidad del barrio, materializado con transparencias en los pisos de los diferentes niveles trayendo al presente, la historia del inmueble.
De tal manera, el edificio se pensó en cuatro plantas: el “patio de acceso” funciona como espacio de relación con el exterior y donde se ha intentado recrear la especial característica de las casas de la zona, construidas con elementos y pinturas de los barcos, que marcaron con pintoresquismo el barrio, que hoy se incluye en el Distrito de las Artes.
En planta baja se ha ubicado la sala de exposiciones permanente de 150m2, y los servicios necesarios para desarrollar todas las actividades.
En el primer piso, con igual metraje, una sala de exposiciones, y en el segundo, las oficinas propias de la fundación.
La biblioteca, la tienda y el bar con una terraza de expansión de 80m2 desde donde se enfrenta el paisaje de la ribera, se ubicaron en el tercer piso, completando todo el edificio una superficie de 1100m2.
Por otra parte, el proyecto destaca y refuerza el valor patrimonial de la fachada del edificio existente, otorgándole un carácter único mediante un sistema de perfiles metálicos a manera de “apuntalamiento”, que mantiene su estabilidad.
Dos muestras se preveían para la inauguración, y pueden verse por Internet: una de Mariano Sardón y Mariano Sigman, “ Deep unlearning, Ejercicio de desaprendizaje” y otra de Gian Paolo Minelli, Conocer un mundo”.
El arquitecto Juan Fontana, del Estudio Clorindo Texta, destacó a Áreas Globales que “se ha proyectado el espacio público utilizando la situación particular de esa zona de la ciudad, donde la vereda es muy amplia. Una variedad de solados y el emplazamiento de una escultura para agregar usos y valor al paseo propuesto por la Fundación”. Será un árbol de hormigón policromado, al mejor estilo Clorindo, como se instaló en una residencia en Martínez en los 90’ y en el parque lineal del corredor Donado/Holmberg, aunque todavía está a la espera de su concreción.