El aumento del costo de vacacionar en el exterior, luego de la implementación del impuesto del 30% a las compras en moneda extranjera, ha impulsado más que nunca a los veraneantes a visitar la costa atlántica argentina. Pero ello también implica altos costos en alquileres. En los últimos años, una nueva modalidad de compra de inmuebles propone superar ese planteo: el fractional, que muchas veces puede confundirse con el llamado “tiempo compartido”.
A diferencia de este último, el Fractional Ownership o propiedad fraccionada es una operación inmobiliaria que consiste en la adquisición de una propiedad, por lo que se puede escriturar y se realiza a través de un fideicomiso, con todas las garantías y posibilidades que ofrece cualquier inmueble. La característica distintiva es que los apartamentos se fraccionan en partes iguales que adquieren co-propietarios, teniendo cada uno de ellos cuatro semanas de uso al año.
El uso se distribuye de la siguiente manera: una semana durante la temporada alta, que se elige al momento de la compra, y otras tres que quedarán flotantes y se adjudicarán a través de un sistema de reservas online y autogestionado. Es por ello, que el fractional se encuentra especialmente destinado a destinos turísticos como la costa atlántica o la Patagonia.
Enrique Rebaudengo, de Covacations Group, explica que el valor promedio de alquiler de una propiedad Premium para todo el mes de enero en Pinamar está entre U$S 15.000 y U$S 20.000. “En promedio los propietarios de casas vacacionales utilizan solo el 10% de su propiedad al año. Con la misma inversión en alquilar una casa pueden adquirir un Fractional, utilizar y pagar solamente por el tiempo de uso los gastos y ser dueño del inmueble, lo que le permite venderlo, alquilarlo o intercambiarlo por otras semanas de complejos fraccionados o a través de las cadenas de intercambio (Interval o RCI”, señala.