En el Auditorio del Consejo de Ciencias Económicas, se presentó el Foro de la Vivienda, integrado por instituciones, sindicatos y empresas privadas de Rosario con el fin de aunar propuestas y estadísticas para brindarles a los organismos estatales y legisladores, de manera de propiciar políticas públicas que intenten solucionar el problema de la escasez de hábitat.
Concretamente, son 12 entidades que buscarán el eco de los diferentes niveles de los poderes ejecutivos y legislativos para que “las leyes que salgan sean verdaderos aportes al problema de la vivienda”, afirmó el directivo de la Asociación Empresaria de la Vivienda, Ángel Seggiaro, ante autoridades provinciales y municipales, diputados nacionales y concejales que se hicieron presentes.
El Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Rosario, el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Santa Fe, la Cámara Argentina de la Construcción, el Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario, la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina, la Asociación Empresaria de la Vivienda, la Cámara Inmobiliaria de Rosario, la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos, el Colegio de Escribanos de Santa Fe, el Colegio de Profesionales de la Agrimensura de Santa Fe, el Colegio de Arquitectos Distrito 2 de Rosario y el Colegio de Abogados son todas las instituciones que representan la cadena de valor de la construcción y conforman el Foro de la Vivienda.
Seggiaro destacó la “madurez” de todas porque -dijo- “no es habitual ver que muchas instituciones se juntan, banderas aparte, por un mismo tema, cada una haciendo aportes activamente”. Y en ese sentido, expresó que “estamos convencidos que es mejor trabajar todos juntos y con una visión consensuada”.
“No venimos a ponerle la soga al cuello a nadie, porque no tiene sentido, pero sí todo este equipo que empezó a reunirse por el susto de que no pasaban cosas, se dio cuenta de que si vamos juntos, vamos a tener un mayor eco”, remarcó y subrayó que la tónica “será aportar opinión fundada, con números claros y estadísticas, que no siempre los gobiernos las tienen”.
Por su parte, Andrés Gariboldi, del Cocir, manifestó que en el Foro “no quisimos incluir al Estado para no teñirlo desde el punto de vista político”. “La idea es llevarles la parte técnica para perforar esa malla de contención que muchas veces encontramos en distintos organismos”, señaló. “Queremos ser parte de la solución con un aporte técnico, no político, para poder lograr el acceso a la vivienda de un importante número de habitantes de Argentina que hoy no lo tiene”, ponderó el empresario local.
De acuerdo a lo exhibido por el Foro, hay 593.000 m2 que la Municipalidad reporta como permisos de construcción. Aunque no todos corresponden a vivienda, la cifra “habla de lo potente que es el sector de la construcción”, que, a su vez, solo con 4 edificios estándar, de planta baja y 10 pisos, genera 2.000 puestos de trabajo. “La construcción es por excelencia una de las cadenas de valor inclusivas”, afirmó Seggiaro.
Por su parte, Gonzalo Espíndola, también de la AEV, consideró que si bien la relación y el diálogo con las autoridades públicas son “muy buenas”, apuntó que “no siempre los resultados son los que deseamos”. Y agregó: “Seguimos haciendo viviendas para un sector muy chico y ese mercado se va achicando cada vez más, mientras hay una gran necesidad de vivienda, por lo cual es hora de movilizarnos de manera real y contundente para proponer, traccionar y dar respuestas técnicas”.
En tanto, Pablo Nazar, de la Cámara de la Construcción, sostuvo que “la vivienda tiene que estar dentro de la agenda pública” y manifestó: “hoy vemos que hay una gran oferta y demanda de vivienda, pero están separadas, por lo que se necesitan políticas públicas para acercarlas”, aseveró.
En la misma línea, recordó que la ley de exteriorización de capitales “tuvo un problema en la parte regulatoria y no tuvo el éxito esperado”, pero aclaró que confían que se va a volver a poner en funcionamiento. Al mismo tiempo, pidió la aprobación de la normativa que impulsa créditos hipotecarios ajustados por las variaciones del salario, que “lamentablemente quedó en proyecto”.