Alex Sakkal, cofundador de Nómada, que construye y gerencia espacios corporativos, considera que parte de lo que se está transitando ya venía sucediendo desde hace un tiempo en lo que hace a la aceleración digital. “Lo que se consolidan, a mi entender, son los espacios en un marco para la vinculación. Hoy la cultura de las organizaciones tiene más que ver con estar con el otro”. Se trata de configurar espacios donde se puedan ejercer distintas actividades, lugares de reencuentro, una preocupación sobre la que se está reflexionando acerca del retorno. Los edificios sin parámetros sustentables van a tener pocas chances de competir, dice. “Va a haber un achicamiento del mercado y una brutal estampida de los equipos, se trata de crear lugares donde se puedan generar relaciones y retener el talento, este es el gran desafío de las compañías”.
Coincide Diego Silberberg, CEO de Compañia de Inversión y Desarrollo, y apunta la diferencia entre las nuevas empresas que pasaron de constructoras a desarrolladoras, más volcadas a buscar una solución a las necesidades del usuario. “Se parte de la experiencia de uso, del tipo de arquitectura que tiene en cuenta la estética, la sustentabilidad, los edificios como medio para lograr otras cosas”. La pandemia otorgó una pausa para redimensionar los espacios de trabajo y de vida y habrá que tomar decisiones, hay que reflexionar acerca de esto. Y nadie imaginó que un evento externo lo iba a producir.
Javier García Poquet, jefe operativo de Hit Group, Introduce el concepto de real estate como un servicio, de lugares en los cuales generar valor agregado, haciendo paralelismo con los emprendimientos tecnológicos, dirigidos a un consumidor final, ya sea agrupando o atomizando productos. Si se traslada al real estate, buscar la relación interpersonal, la posibilidad que se viva el tiempo de ocio.
La situación sanitaria va a acelerar la atomización de las ciudades, de manera, como se propone en Francia, que el ciudadano pueda tener todo a 15 minutos de su alcance, locales de cercanía, alternativas entre el home office y lo presencial.
En este sentido, indicó que en su firma están pensando productos multiusos en escalas mayores, porque las nuevas generaciones prefieren más disponer que poseer. Como ejemplo, citó el desarrollo de un distrito de la innovación en Parque Patricios, que contempla un centro de altos estudios, otro de convenciones, dos edificios de oficinas de 40.000 m2, 50 unidades de coliving y un zócalo comercial, todo abierto al barrio.
Iván Ginevra vicepresidente de GNV Group, quien apunta de qué manera las nuevas costumbres impactan en los edificios (bromea con miniascensores destinados a las entregas domiciliarias) dice que no sólo el retail está cambiando, sino también el concepto de lujo en todos los aspectos. Los nuevos consumidores prestan atención a las experiencias, van más allá de la calidad de los materiales, sino que los amenities, impactan también con un nuevo peso en los desarrollos.
Otra pregunta que surgió de la charla, es sobre el destino del stock de oficinas clase B, que enfrentan un desafío de reconversión, aunque por el momento latente. Se da el fenómeno que edificios de vivienda que en una época viraron a la explotación como oficina, están volviendo a ser considerados nuevamente como destino residencial. Pero esta es una materia aún en análisis.