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26.08.20

Los desarrolladores piden reabrir obras lo antes posible

Inexplicable parálisis de la construcción privada en el AMBA, continúa sin definición y fuera de agenda política, aun cuando la mayoría de los empresarios tienen protocolos estrictos de seguridad dentro de la obra y en el traslado del personal autorizado. Se estiman 5,88 millones de m2 paralizados en CABA.

La Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), que preside Damián Tabakman, viene trabajando junto a otras instituciones de empresarios del desarrollo inmobiliario de todo el país y a las autoridades nacionales para generar acciones tendientes a parar rápidamente la crisis que afecta al sector, desde hace ya dos años y que se agravó con la cuarentena impuesta a causa del COVID-19.

Si bien se ha avanzado muchísimo, paralelamente están pidiendo que puedan retomarse las obras privadas de la manera más rápida y segura posible. La construcción en el AMBA sigue en cuarentena estricta, paralizada por completo, salvo excepciones. En la ciudad de Buenos Aires solo están habilitadas las obras en demolición o excavación y las acciones tendientes a mitigar riesgos en obras en curso.

Las obras cuentan con protocolos aprobados, no solo puertas adentro, sino también para los traslados del personal, y sin embargo el gobierno no está previendo aún habilitarlas. Mientras tanto, en el Gran Buenos Aires ni siquiera están aprobadas las tareas de excavación y demolición, ni de mitigación de riesgos.

La principal queja del sector es que esta situación pasa inadvertida y se mantiene sin definiciones, casi fuera de la agenda de los municipios. A ello se suman varios problemas urgentes y otros cuyas consecuencias se verán de aquí a uno o dos años: subcontratistas parados y empresarios que siguen pagando sueldos pero sin generar ingresos, materiales que se deterioran, sobrecostos que se trasladan a precios y que deberán pagar los compradores y demoras encadenadas que obligan a quienes debían mudarse a continuar pagando alquileres.

Por otro lado, cabe recordar que es una industria que absorbe mucha mano de obra, cerca de 500 mil personas a nivel país; y que solo en CABA son casi 6 millones de metros cuadrados los que se encuentran paralizados; de las obras habilitadas por demolición y excavación son cerca de 3 millones. Hoy en día todos los operarios que aún mantienen su empleo siguen en sus casas aunque, con los cuidados del caso, ya podrían estar trabajando. Solo entre obras de las empresas asociadas a la CEDU se emplean 22.000 personas y generan una inversión potencial de 7000 millones de dólares.

Lo cierto, es que en casi ningún país del mundo se ha parado la construcción, por caso, en España solo se detuvieron las obras durante 8 días; en Montevideo, mucho más cerca, también se está trabajando con los recaudos necesarios. Y acá llevan meses paradas salvo las excepciones.

Es lamentable porque cientos de miles ya lo perdieron definitivamente. Para los empresarios del sector, el no poder retomar las obras, ni siquiera absorbiendo los importantes sobrecostos de los protocolos, les está generando un gravísimo perjuicio que pone en riesgo la fuente laboral de muchos, y que podría evitarse habilitando la continuidad del trabajo, siempre con los cuidados del caso.

¿Por qué los comercios minoristas pueden hacerlo, se preguntan, y la construcción no? En las obras se prevé mantener el distanciamiento y también controlar a cada uno al ingresar. Mayoritariamente se trabaja al aire libre y está contemplado no recurrir al transporte público. Por último, y no es un detalle menor, la construcción tiene un sistema de control y supervisión municipal permanente, cosa que no se contempla para ninguna otra actividad.

Finalmente advierten que muchos obreros, que no concurren a las obras privadas paralizadas y aun así cobran un alto porcentaje del sueldo, se han volcado a realizar changas informales en sus zonas de residencia, lo que deriva en una situación de falta de seguridad e de higiene y de un gran peligro de contagio frente a la ausencia total de protocolos.

Lo cierto es que en otras ciudades del país, donde las obras ya están en marcha, no se han presentado problemas relevantes de contagios. Cuánto más habrá que esperar, se preguntan los empresarios del sector, mirando con recelo a los comercios ya abiertos y al borde de la desesperación, sin respuestas.

EL IMPACTO EN CIFRAS

Metros totales paralizados en CABA: 5,88 millones m2
Una obra de 3.000 m2 promedio implica una inversión de entre
US$ 2,5 y US 5 millones (con terreno incluido)
Empleo directo / Obreros totales: 60/90
Empleos indirectos: 100/150
Plazo mínimo de obra: 18/20 meses
Retribución fiscal aproximada: $50 millones
Factor dinamizador de la economía: 1,4
Sobre costos por lucro cesante que se trasladarán a precio 5%
Datos estimados por CEDU y CAMARCO

 
 
 
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