LA ACTIVIDAD COMERCIAL
La “nueva normalidad” tiene (y tendrá) otro tipo de consumidor y hay que estar atentos para interpretarlo. Sus hábitos, pautas y conductas responden al miedo a contraer la enfermedad. Aun cuando aparezca la vacuna y esté al alcance de todos, esta experiencia tan insólita como traumática dejará sus huellas. Las conveniencias descubiertas por la gente (con métodos de compra alternativos) han llevado a la aparición de un nuevo perfil de consumidor, al que ya se le ha atribuido una serie de características muy específicas. Muchas de las opciones a las que se vuelca hoy el público ya existían y sólo se aceleraron sus tendencias.
Los consumidores compran mucho más “on line”, modalidad que se ha puesto a prueba con muy buenos resultados, llegando a porcentajes nunca antes experimentados. Esto ha llevado a muchos comercios a una mayor presencia virtual, optimizando sus plataformas o están en vías de hacerlo. Al mismo tiempo, los comercios de proximidad de productos esenciales han enfrentado mejor la baja del consumo, lo que lleva a pensar que se acelerará la tendencia de buscar a los consumidores en su lugar de residencia. Comercio y vivienda parecen ser una prodigiosa mezcla de usos, de cara a futuros emprendimientos. Se pondrá el acento en la sinergia entre actividades complementarias, cercanas unas de otras.
Se suma la revalorización del aire libre y sano por sobre el confort que brindan los espacios cerrados y climatizados. Volvemos a apreciar los lugares ventilados como en la época del nacimiento de la arquitectura moderna. Uno de los inspiradores de ese movimiento, también fue una enfermedad. La arquitectura sanitaria suponía dar respuesta a la contagiosidad del bacilo de Koch, el responsable de la epidemia de tuberculosis. Así fue como se consolidaron gran parte de los criterios de diseño de esa corriente allí por 1930. El temor al contagio requería respuestas sanitarias: aire exterior, sol, ambientes ventilados, superficies que no juntaran polvo, colores claros; en fin: la “limpieza” en un sentido amplio e integral.
Esta suma de fenómenos hace pensar en el crecimiento del modelo de negocios al estilo Amazon y Mercado Libre. Se requerirán centros de distribución de alta tecnología y gran capacidad.
Nuestro Estudio de arquitectura ya viene participando en este tema con el proyecto y construcción de un Supermercado Mayorista y Centro de Distribución de gran envergadura (54.000 m2) en la localidad de Moreno, pronto a terminarse. Aquí, el uso de procesos de tecnología de punta exige mecanización y robotización de última generación para alcanzar los niveles de rendimiento en la recepción, picking y distribución de mercaderías.
También se acentuará la vocación integradora de los desarrollos de usos mixtos. Habrá que sumar argumentos y relacionar usos complementarios a partir de estrategias altamente sinérgicas, para generar tráfico de personas que puedan ser captadas por el comercio.
LOS DESARROLLOS DE USOS MIXTOS:
Me impactaron la vitalidad y diversidad de dos recortes urbanos que visité últimamente en Europa: el Potzdammer Platz en Berlín y el paseo peatonal que uno puede recorrer en Londres comenzando por el distrito More London, el Riverside pasando por el Borough Market, luego la Tate Modern y cruzando el Támesis por el puente peatonal proyectado por Sir Norman Foster hasta culminar del otro lado en un llamativo centro de información turística. No se trata solo de bellos escenarios urbanos para que disfrute el turista, sino de verdaderas centralidades urbanas rebosantes de energía.
Especialmente el Potzdammer Platz. Aquí, a partir de un Master Plan proyectado por el arquitecto Renzo Piano se conjugan usos diversos en una sinfonía de sinergias muy bien planificadas que reúnen oficinas, sedes corporativas, comercio, gastronomía, entretenimiento y transporte.
Son intervenciones urbanas en las que la mezcla de usos compatibles convence por sus resultados: plena apropiación por parte de la gente, bienestar, privilegio del peatón por sobre el automóvil, conectividad, reunión, encuentro, en suma: un conjunto de cosas para vivir bien; cuanto menos, mejor. Un ejemplo es el desarrollo de Madero Harbour que reúne viviendas, oficinas, un supermercado, un centro comercial, en cuyo proyecto estamos trabajando.
Desde el punto de vista inmobiliario los desarrollos de usos mixtos como el citado, agregan valor. ¿Y no es de esto de lo que se trata?: mejorar la calidad de vida de la gente, aumentar el grado de aptitud y de suficiencia, de cualidades y de mejores propuestas es la finalidad primordial de todos los actores en la conformación física de las ciudades. El producto inmobiliario con valor agregado siempre es más competitivo, sobre todo si se desarrolla en forma sustentable y sin claudicaciones coyunturales u oportunistas.