“La actualidad impone plantear herramientas de gestión en el corto plazo, pero también hacia el futuro”, comentó Lozano en transcurso de una charla en Tendiez sobre los Nuevos escenarios de los desarrollos y la construcción.
Al evaluar las condiciones actuales de mercado señaló que la falta de crédito, paradójicamente, hoy es una fortaleza. “Y si bien hay una caída de precios de venta del metro cuadrado, opinó que se van a recuperar. Habrá que captar inversores que están saliendo del mercado financiero”, precisó. Por otro lado, hay que considerar que el valor del metro cuadrado de construcción ha bajado en dólares, pero no se sabe cuál será el valor de la mano de obra, protocolos mediante, con el consiguiente alargue de los plazos una obra puede insumir tres o cuatro años. A lo cual se agrega el contexto macroeconómico local e internacional.
Entre los rubros más afectados a raíz de la pandemia, según su opinión, se encuentran los hoteles, shoppings, oficinas, locales gastronómicos, cines teatros, estadios, casinos y microdepartamentos. Y en ese contexto, cabe preguntarse hacia dónde va la demanda, Lozano evaluó que se centrará en inmuebles para inversores, viviendas para clase alta y depósitos de última milla, considerando el avance del e commerce.
“Ante una torta más reducida habrá que repensar los proyectos desde la experiencia de la cuarentena, evaluando estrictamente plazo, calidad y costo. Para lo cual es indispensable profesionalizar la planificación, implementar software colaborativos, analizar y reducir los los procesos logísticos, reducir la mano de obra húmeda y elegir sistemas estandarizados”, explicó.
Además, “tenemos una asignatura pendiente considerando que el 11% de las emisiones de dióxido de carbono provienen de los materiales de construcción, es necesario introducir nuevos usos y materiales. Países como Suecia, Dinamarca, entre otros, han establecido exenciones impositivas para quienes trabajan con materiales sustentables”, recalcó. Y citó como ejemplo el edificio Mjostarmet construido en madera más alto del mundo ubicado en Noruega. “Hoy todos utilizamos los celulares que han agilizado y solucionado muchas de nuestras actividades, lo que nos demuestra que no podemos seguir construyendo de forma artesanal como hace ochenta años”, afirmó.