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Portada / Bienes Raíces y Arquitectura / Nota

29.06.10

Oscar Niemeyer o la poesía de las formas

El sábado 26 de junio se inauguró la exposición “Oscar Niemeyer: Un invento del tiempo”, en el Espacio Cultural de la Embajada de Brasil en Argentina. Una recorrida por la trayectoria, los hitos y la filosofía de uno de los más grandes arquitectos del siglo XX.

Catedral de Brasilia
Catedral de Brasilia
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“La arquitectura no es importante, lo que importa son los amigos”, suele decir Oscar Niemeyer, y esta frase lo pinta de cuerpo entero. La solidaridad, el amor y la belleza son sus valores primordiales que, unidos, se reflejan en su arquitectura y en su forma de pensar el arte.
 
Considerado uno de los mayores arquitectos del siglo XX, Niemeyer es famoso en el exterior por haber creado obras maestras como el plan piloto de Brasilia a fines de los ’50 y el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York, en cooperación con Le Corbusier. Pero su trayectoria es mucho más amplia que la creación de esos edificios memorables. Hoy, con más de 100 años de edad, continúa en plena actividad, dirigiendo varios proyectos en Brasil y en el exterior.

SU OBRA. SUS OBRAS

La muestra que se exhibe en la Embajada de Brasil en Argentina está organizada en forma cronológica, como un recorrido por las etapas más importantes del arquitecto brasileño. El curador es Kadu Niemeyer, su nieto y fotógrafo oficial.  Además de las fotografías tomadas por Kadu, se incluyen sus dibujos, planos originales de las obras, reproducciones de croquis y bosquejos de sus proyectos. Entre éstos, se destaca una maqueta gigante del Puerto de la Música de Rosario, la primera obra de Niemeyer para nuestro país.

La exposición comienza con el primer período del arquitecto: 1940-1943. Cambio en el modernismo internacional, que inaugura, además, el inicio de una arquitectura moderna de identidad brasileña. Aquí, se encuentran las obras del Conjunto de Pampulha, en Mina Gerais, que, según el propio autor, conforman “un juego inesperado de rectas y curvas”. Dentro de ellas, se destaca la iglesia de San Francisco de Asís, relacionada con la arquitectura barroca mineira.

La muestra continúa con la etapa 1943-1953. Forma libre y organicidad. En esta fase, Niemeyer continúa explorando las posibilidades artísticas y orgánicas de la arquitectura, gracias al desarrollo de las técnicas de ingeniería y el cálculo de los materiales, como el cemento armado. Los surrealistas europeos y la sensualidad del paisaje tropical son las grandes influencias en esta etapa. Dentro de las obras, se destacan el Conjunto Ibirapuera, en San Pablo, y la Casa de las Canoas (su propia casa), en Río de Janeiro, un ejemplo de integración con el entorno natural.

1953-1965. Brasilia es quizás el gran período de Niemeyer, cuando comienza a rebelarse contra las ortodoxias de la arquitectura y a definir aún más su propia identidad. En esta etapa se proyectan los edificios del Eje Monumental de la nueva capital del país. “Fue en Brasilia que mi arquitectura se hizo más libre y más rigurosa”, dijo el arquitecto. Con este proyecto, Niemeyer logra que obras relativamente recientes pasen a formar parte de la identidad cultural brasileña.

La muestra de Buenos Aires incluye una maqueta con todos los edificios del Eje Monumental, además de otra con la reproducción en madera de la obra cumbre de este proyecto: la Catedral de Brasilia. Esta última maqueta puede ser tocada por el público e incluye una explicación en braile. En esta parte de la exposición, además, se puede observar el bello panel de azulejos blancos y azules de Athos Bulcão, uno de los artistas que trabajaron con Niemeyer.

La anteúltima sala corresponde al período 1965-1989. Un encuentro con el viejo mundo. Es la etapa del exilio de Niemeyer en Europa, a causa de la dictadura militar que gobernaba en Brasil.  Sus obras tienen cada vez más una orientación política y social, a la vez que el encuentro con la historia marcará su maduración como arquitecto. Se encuentran aquí edificios como La Mezquita de Argel y la Universidad de Constantine (Argelia, 1968 y 1969-77), la sede del Partido Comunista Francés (París, 1965-80) y, ya de regreso a su país, el Sambódromo (Río de Janeiro, 1883-84).

Las salas finales reflejan sus últimas obras y los proyectos aún en curso. En 1989-Hasta hoy. La madurez de la forma, Niemeyer acentúa su interés por los espacios públicos. Crea museos y memoriales y explora el imaginario del hombre. Se destacan obras como el Memorial de América Latina en San Pablo, como un homenaje a la integración latinoamericana, el Pabellón Serpentine Gallery de Londres (2003), el Parque Acuático de Postdam (Alemania, 2005) y el Centro Cultural Principado de Asturias en Avilés (España 2007), entre otros.

Dentro de este período, se encuentra El Camino Niemeyer: un conjunto de obras suyas en Niteroi, Brasil. Este pasaje (realizado a pedido del alcalde de la ciudad luego del éxito alcanzado por el Museo Niteroi) incluye un teatro, una plaza junto al mar, un centro de convenciones, una iglesia y un templo evangélico.

Para terminar, en una pequeña sala donde se proyecta un video sobre su vida y su trayectoria, se encuentran las maquetas e imágenes digitales de las obras que culminarían con el proyecto Brasilia: la Plaza del Pueblo, la Torre de TV Digital, la Biblioteca, el Museo, el Sambódromo y el Monumento a la Paz con Cine 180º (muchos de éstos aún no terminados).

Oscar Niemeyer sigue soñando con un mundo más bello y solidario. Con lo curvo y lo sensual, en lugar de lo recto e inflexible. Sus obras hablan por él.

PRESENTACIÓN

“Oscar Niemeyer- Un invento del tiempo”.

Espacio Cultural de la Embajada de Brasil en Argentina. Arroyo 1142.

De lunes a viernes de 12 a 19 hs, Sábados y domingos de 11 a 16 hs.
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