Parte de la sinergia surgió del despliegue de una selección de arquitectos franceses de vanguardia, que ocupaba una sala; el centro de experimentación con trabajos de alumnos de arquitectura, la serie “Buenos Aires desde el río” expuesta en otra - un premiado registro histórico de Alejandro Leveratto, que exhibe una particular visión de esta vinculación- y la presencia de amigos celebratorios del trabajo de los integrantes de Oficina Urbana. Allí estaban Augusto Penedo, la coreógrafa Inés Sanguinetti, y el periodista Miguel Jurado, para aportar su visión del libro.
El primero destacó de importancia de que la obra está llena de proyectos, lo que lleva a un tema insuficientemente debatido como es el plano, en detrimento del urbanismo, que requiere de mayor concertación. Celebró además que, por primera vez, el G20 que debatirá en Buenos Aires, incluirá temas urbanos.
Sanguinetti propugnó salir de la idea de que el arte es un objeto, y que si la ciudad es el cuerpo, es la arquitectura la que le aporta el alma. Concepto al que adhirió Jurado, quien señaló que lo que viene a descubrir la arquitectura es una visión globalizadora, que la ciudad no es estática sino, precisamente, continuo movimiento.
Los titulares de Oficina Urbana destacaron que el libro había estado motivado por una reciente exposición de trabajos en la Galería de Arquitectura de Paris, donde exhibieron la producción de quince años de trabajo en común. De allí partió la idea de que esos procesos de transformación de los territorios y sus comunidades, pudieran estar al alcance del lector argentino.