“El boom de los créditos hipotecarios es gigantesco y eso está motorizando mucho la actividad del usado, donde se ve una reacción importante del mercado, si bien el mundo de los proyectos nuevos está todavía ausente de la actividad y no percibe ninguno de los frutos, que si aprecian los inmobiliarios.
“Lo que está faltando, es que se consolide la operatoria de los créditos individuales, y esto se perciba como sustentable en el tiempo para que los desarrolladores tengan confianza de que las obras que se inicien puedan terminarse.
“El préstamo intermedio si hay hipotecas de por medio puede ser un mecanismo de aliento, siempre y cuando la situación sigua con una Argentina de cara al mundo y no se retorna a otra situación de conflicto. Mientras tanto, los precios de la tierra siguen subiendo, por lo que se ve es un comportamiento muy distinto entre los diferentes segmentos: en el más alto, hay proyectos sólidos consolidados, en lugares irrepetibles, con precios nunca antes convalidados. Por ejemplo hay en Buenos Aires cuatro o cinco orientados a ese target, con valores sostenidos en torno a los US$ 10.000 por metro cuadrado. En ese pequeño nicho se ve un reverdecer muy atractivo”.