“El mercado inmobiliario es una gran caja de resonancia en la que impactan datos duros de la economía, expectativas de los agentes económicos y los estados de ánimo de las partes (propietarios e inquilinos). Factores objetivos y subjetivos que se superponen e impactan, en definitiva, en el mercado de alquileres de inmuebles, se indica en un comunicado. Y agrega que, en promedio, los alquileres no subieron más que la inflación. Los inquilinos (la demanda) lejos de ser “tomadores de precios”, hacen sus propuestas y contrapropuestas, y al cabo de recorrer un complejo proceso de negociación con la participación indispensable del corredor inmobiliario, llegan al precio de cierre. Ciertos inmuebles en ciertos lugares pueden permitir a la oferta la posibilidad de tener una posición más dura, pero de ninguna manera se puede hablar de una “cartelización”.
“Por otro lado es erróneo que no haya suficiente oferta de inmuebles en alquiler. No hay posiciones dominantes, si un inquilino busca para alquilar tiene una amplia oferta entre la que puede elegir”.
En este contexto, se sostiene la importancia fundamental de “ la profesionalización del corredor inmobiliario. Encarar la tasación con rigurosidad y conociendo que cada inmueble es único. Ante todo es fundamental evitar las generalizaciones”.
“En esta tarea nos toca muchas veces transmitir la noticia de que, como consecuencia de la inflación habrá que ajustar el alquiler en la renovación. Pero de ninguna manera se puede responsabilizar por eso al profesional inmobiliario. Sería como culpar al cartero de la mala noticia que contiene la carta”, añade. “Mantener el rumbo y seguir avanzando no es nada sencillo en esas circunstancias, pero es nuestro deber hacer un llamado a la cordura y manejarnos responsablemente” se indica finalmente desde el Colegio Profesional.