En la presentación para la prensa, se pudo apreciar el planteo y la resolución arquitectónica del edificio, a cargo del estudio Camps & Tiscornia, que abarca un gran perímetro, con un frente principal sobre la calle Amenábar y dos patas laterales por Concepción Arenal y por Dorrego, que se desarrolla en 10 pisos de altura, acorde con los edificios que lo rodean. De modo tal que cuenta con amplias vistas de la ciudad agregando valor a una zona de Palermo en plena expansión de los últimos años.
Es un proyecto de 32.000m2, integrado por 340 departamentos de 40, 45, 90 y 125 m2, unidades flexibles que permiten un mix de usos: comercial, residencial y alquiler temporario. A lo cual se suma un basamento gastronómico-comercial, sobre una superficie de 1370 m2 y 140 metros de vidrieras, donde se instalarán restaurants y marcas reconocidas, y 285 cocheras en los subsuelos. “Las unidades habían sido suscriptas en apenas 120 días y confirmando el ranking de los productos inmobiliarios de rápida y fuerte apreciación, el valor ya ronda los US$ 5.000 m2, con una apreciación de valor de más del 40%”, precisa Carlos Spina, gerente comercial de Argencons. Y comenta que hoy un alquiler de una unidad de 45 m2 se ubica en $ 25.000 y una de 90 m2, en $ 45.000.
AMENITIES
El desarrollo, que estuvo a cargo de Constructora Sudamericana, incluye 2.000 m2 de amenities. En la planta baja se despliega una piscina descubierta semiolímpica y dos grandes espacios para usos múltiples (SUM).
El piso décimo alberga una piscina cubierta de más de 20 metros, spa, gimnasio y dos quinchos, todo con vistas panorámicas de la Ciudad. En el perímetro exterior de planta baja, que da cabida a dos añosas tipas, gracias a un retiro de la fachada que amplía el espacio público, se destaca el paseo comercial con marcas de primer nivel interesadas en formar parte del emprendimiento, apuntando a provocar centralidad dentro del barrio donde se inserta e impactar con su diseño en la fisonomía y en la seguridad del entorno.
Además de las áreas verdes de planta baja, el edificio incorpora dos jardines verticales hidropónicos de 150 m2 cada uno, que otorgan importantes beneficios ambientales y de eficiencia en el uso de la energía: filtrado de anhídrido carbónico, amortiguación de la contaminación acústica y mejora de la aislación térmica con el consecuente ahorro de energía eléctrica.
Más allá del mero hecho arquitectónico y el efecto de calidad que transmiten todos los proyectos Quartier, este desarrollo, en particular, da respuestas a tendencias que buscan afrontar cuestiones referidas a la sustentabilidad y a la mejora del espacio público. Todas las carpinterías fueron realizadas con doble vidriado hermético y las áreas comunes del edificio tienen iluminación accionada por medio de sensores y temporizadores que permiten racionalizar el consumo de energía, y están equipadas con lámparas led de bajo consumo. También cuenta con dos locales para separación de residuos, según las tendencias vigentes.