El reconocido urbanista resumió que “el concepto de vivienda no es sólo la casa sino también el dónde, cuando pensamos el futuro de nuestro país”.
En este contexto, sostuvo, es necesaria la construcción y organización de una planificación territorial determinada por la actividad productiva, la sustentabilidad inteligente y la radicación de nuevas economías, para lograr los sueños como deseos y necesidades de una comunidad.
De las proyecciones del mundo con ciudades de hasta 50 millones de habitantes, se pasó al impacto sobre el territorio de una pandemia, y hoy el mundo está tratando de encontrar un equilibrio en una ciudad vacía, que es un dato de época. Con lo cual, tenemos que pensar un futuro desde un nuevo modo de habitar, ver las condiciones de un nuevo mapa, para ver cómo funciona en lo local y en lo regional. Ser ciudadano se ha modificado en términos de relaciones comerciales, de abastecimiento y de trabajo. Lo que nos lleva al análisis predictivo sobre los cambios sociales para la producción, las redes de servicio, a repensar para un plan país. Circunstancia que obliga a anticipar cómo, dónde y de qué forma se constituirán las condiciones de este nuevo mapa territorial global, continental, nacional y local.
El mapa muestra los corredores oceánicos, y el eje central en Sudamérica es la Cuenca del Plata, que integran Brasil, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay, que insumen 3.100.000 K2 y 3.500 Kms de extensión, 1/3 del área total de los Estados Unidos y casi igual al de los países de la Unión Europea. Y que pese a ser centro de la producción de alimentos y de la reserva de agua dulce, como contrasentido, desde hace 20 años grandes masas de la población se ubican en barrios precarios y asentamientos. En la zona más rica, se superponen 330 kim de villas desde el Norte hasta Tierra del Fuego, en 4.100 asentamientos 36 en Tierra del Fuego, 1612 en Buenos Aires, con conflictos e informalidad. ”Esta situación explica dramáticamente la ausente planificación, calidad y relación del sistema económico productivo con el ordenamiento territorial”.
INDUSTRIA PARA DECONSTRIR LA POBREZA
Distritos productivos, que involucran residencia, educación, industria, empresas, redes, inteligencia y comunicación objetivo de la gobernanza, el desarrollo y complementariedad de las ciudades, dice Converti. En este aspecto resaltó la posibilidad de desarrollo territorial y vivienda en la zona metropolitana, o el interior a través de la actividad industrial y los Parques y el desarrollo de infraestructura, con la radicación de nuevos habitantes, planificación y colaboración de esos asentamientos. De los cuales hay 248 en el área Centro, 33 en el NEA, 24 en el NOA, 32 en Cuyo y 68 en la Patagonia, que podrían generar áreas habitables que actúen como nodos para deconstruir la pobreza. Analizar futuros posibles, tendencias que actúen como aceleradores, como ocurrió en otras épocas con el desarrollo de la red ferroviaria que organizaron los asentamientos humanos.
“Un gran país no es sólo vivienda. Hay que preguntarse qué clase de vivienda y dónde, el capital humano es lo que se tiene que recuperar. La agenda país es la creación de valor en distritos productivos, que actúen como campo de diálogo y colaboración entre la ciudad y su ciudadanía”, concluyó.