Punta del Este en Pandemia

Como nadie es ajeno a la pandemia, por aquí también tomamos precauciones. Las sugeridas por los especialistas. Pero la vida continúa: funcionan los shoppings, los colegios, los bancos, las oficinas, el transporte, los comercios, los restaurantes, etc. Restricciones y dificultades que irán disminuyendo con la llegada de la vacuna.

Entre las actividades en curso podemos contar la industria de la construcción. Punta del Este tiene un número importante de obras en ejecución, contabilizando desde el Aeropuerto hasta José Ignacio. Y entonces, tenemos que sumar viviendas individuales, propiedad horizontal, locales comerciales y emprendimientos de loteos.

La mayor parte de los desarrollistas no son uruguayos y los argentinos tienen un buen número de metros cuadrados en ejecución.

En el marco de la situación hay que mencionar que, en la zona, se vienen estableciendo una buena cantidad de familias provenientes del exterior. Unos ya eran propietarios, otros alquilan y otros compran. Lo que no se encuentra es gente arrepentida de esa decisión: la libre circulación, el aire libre, en definitiva un ambiente bien distinto de cualquier ciudad con mucha gente, bullicio y todas las dificultades que la vida en una gran ciudad conllevan.

¿Y qué pasa con el mercado inmobiliario? Como muchas otras cosas, nada es fácil. Excepto los uruguayos hay otros interesados en propiedades que no pueden viajar, las transferencias de dinero se complican, la firma de las transacciones también.

Pero hay interesados, hay muchas consultas y se concretan negocios. ¿Qué se vende? De todo: terrenos, casas, apartamentos, locales. ¿Quiénes son los compradores? Uruguayos y extranjeros, en su mayoría argentinos, que de una forma u otra forma, sortean las dificultades y concretan operaciones.

¿Qué ha pasado con los precios? Los nuevos desarrollos pelean por mantener los precios de venta dentro del rango proyectado al inicio de obras. Por ejemplo, un apartamento del mismo metraje, en un edificio de cuatro plantas (a estrenar) se puede vender en U$S 3.000 m2, pero para otro tipo de emprendimientos como el  Fendi Chateau  hay que pensar en U$S 5.500 m2, o más. El usado admite contraofertas que pueden llegar a un 20 % menos de los precios pedidos durante el último verano. Pero el que busca “la pichincha” sigue buscándola.

En medio de todo esto se anuncia el inicio de cuatro o cinco proyectos nuevos, en diversas zonas. Y hay de todo: vivienda promovida en la ciudad de Maldonado y sus proximidades, propiedad horizontal, viviendas individuales.

Quiero expresar que todo esto no es optimismo fácil. Simplemente que frente a otras realidades tenemos una situación que aparece como bien distinta. Seguramente hay factores que contribuyen y se han resaltado en diversos medios. Uruguay ofrece seguridad jurídica, estabilidad económica, libre circulación de capitales, fluidez en las relaciones comerciales. Son elementos que animan y se concretan en hechos.

Estamos muy cerca de la temporada de verano. Para muchas actividades será bien difícil. Pensamos en la hotelería fundamentalmente, sectores del transporte internacional, etc. Pero, si en ese marco, encontramos a la actividad inmobiliaria con un movimiento importante, capearemos el hecho de tener menos gente del exterior y muchos escollos. De todas maneras, el sol sale todos los días.