Obras paralizadas, con riesgos por la inacción

“Con seis meses sin actividad, hoy los desarrolladores ya no sabemos más qué hacer, especialmente con la cadena de valor que está vinculada con la industria.  Somos fuente de trabajo continuo, sobre todo en los sectores más vulnerables, que los gobiernos mencionan como preocupación, pero no los escuchamos hablar de la construcción, que los involucra”.
En todo este tiempo, explica Galli,  que tiene obras en los barrios de San Telmo, Palermo, Barrio Norte, el Distrito Tecnológico, y Monserrat, repensamos los proyectos en marcha, pero aunque son optimistas por lo que es la generación de valor, considera que se terminó el tiempo de gestión: “no podemos seguir con los certificados provisorios de riesgo, teniendo en cuenta la dinámica de las obras, que obligan a trabajar en paralelo con subcontratistas, es decir entre 40 y 50 personas, esta es una realidad”.

Y agrega que pese a las muchas reuniones sobre los protocolos con las autoridades de ciudad y provincia, con el compromiso de lograr el transporte propio de los trabajadores en combis o colectivos, la situación sigue estancada.

“No dejan de ser anuncios, no sabemos cuándo vamos a empezar”. La decisión de reactivar las obras de más de 5000 m2 se contrapone con los datos que indican que la mayoría de los emprendimientos abarcan superficies menores. “Estamos esperando las medidas de alto impacto”.

Es real que los precios de los insumos han bajado, aunque los costos indirectos van a aumentar por la extensión de los plazos, dice el empresario. “Hace seis meses estamos absorbiendo mayores costos pagando sin producir. Nuestra inversión viene del ámbito privado, que inyecta capital y trabajo”.

En relación con la continuidad de los pagos de los compradores, Galli sostiene que ha habido acuerdos con los inversores, en algunos casos se los consultó sobre la situación de cada uno, algunos achicaron metros y acordaron, pero en general han venido cumpliendo.

“La mayoría de las obras ya tienen un 80 % de los insumos comprados, pero a medida que se postergue la inactividad, peligra la salud de los emprendimientos”, dice acerca de la baja de precios de los materiales.

Sin embargo, enfatiza que “las obras no van a tener el ritmo que tenían antes, y habrá que cambiar el pensamiento cortoplacista, evitar los continuos cambios en las reglas del juego. Estaría bueno que las iniciativas empiecen a ser parte de un plan de largo plazo”.