La intención es seguir perfeccionando la propuesta de reanudar las obras, unas 3.500 paralizadas en la Capital, que deberá ser elevada al gobierno nacional para que analice su viabilidad y pueda aprobarlo.
Entre las medidas no sólo se incluyen el control de la temperatura de cada obrero y la provisión de elementos de protección personal, sino además el transporte de los empleados, a cargo de los empleadores, para evitar el uso de los medios públicos para evitar los contagios.
El miércoles 10 se desarrolló entre el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez, una reunión, de la que también participó el ministro de Desarrollo Económico y Producción de la Ciudad, José Luis Giusti, en la que analizaron cómo aplicar los protocolos de seguridad consensuados entre el sindicato y la cámara empresaria.
Pese a las constantes gestiones para reanudar la actividad, la construcción todavía está paralizada en el AMBA. La expectativa de los empresarios y los sindicalistas es que el presidente Alberto Fernández autorice la reanudación de las obras del sector privado para garantizar las fuentes de trabajo en peligro por el parate casi total de la actividad.
El transporte tiene un protocolo específico donde figura que las empresas deben trasladar a los obreros “desde sus domicilios hasta cada unidad de producción” y fija los resguardos de seguridad que deben tener los micros o combis utilizados para evitar los contagios, desde la distancia entre los asientos hasta la ventilación de los vehículos.