Han pasadas varias semanas desde el inicio de la cuarentena que está teniendo un impacto sobre las actividades comerciales y en el mercado inmobiliario en general. Valera apunta que todos la gran mayoría de los procesos de mudanza/ consolidación que se iniciaron pre COVID-19 entraron en modo stand by debido a necesidades más urgentes con las cuales las empresas tienen que lidiar diariamente. Muy pocas continúan adelante a pesar del contexto.
Por otro lado, considera que es prematuro aventurarse en ideas concluyentes cuando los usuarios de espacios todavía se encuentran evaluando su impacto en su giro de negocio/ y formas creativas de sortearlo, analizando reducción de costos, repensando la cultura de trabajo y preparándose para la vuelta a la oficina. Sin duda, en el rubro corporativo, el impacto se va a poder analizar en toda su dimensión a medida que transcurran las próximas semanas.
LA VUELTA A LA OFICINA
En la misma línea y como aprendizaje a la modalidad forzada de teletrabajo, Valera resalta que sin duda las empresas deberán hacer el ejercicio de repensar la cultura de trabajo, sus necesidades de superficie para prepararse para cómo será el día después, la vuelta a la oficina en donde será necesario mantener distancias sociales “saludables” . Todas estas consideraciones influirán en la futura toma de decisión sobre cuántos m2 reales necesitarán. Seguramente varias contraigan sus portfolios; pero otras no, dependerá del análisis que realice cada una.
“Si bien todavía no estamos viendo empresas que liberen superficies, si están empezando a verse interacciones entre propietarios e inquilinos para conversar condiciones por el impacto inmediato del contexto económico”, puntualiza.