El profesional, titular de DPA&D, especialistas en diseño y arquitectura hotelera, destaca tres claves a tener en cuenta a la hora de emprender la remodelación de un edificio con ese destino.
La primera clave del cambio está producida por las economías colaborativas, que representan una de las mayores transformaciones. Compartir recursos es la clave de este modelo que se apalanca de plataformas tecnológicas virtuales y que está cambiando la forma de trabajar y también los espacios físicos de la hotelería. Un ejemplo de ello es la transformación del lobby tradicional en un espacio de coworking convertido así en un verdadero hub tecnológico, alineado con el nuevo concepto de space as a service.
La segunda opción tiene que ver con la importancia creciente de la eficiencia energética, que implica la actualización tecnológica de los edificios para lograr soluciones rentables y sostenibles en el tiempo.
Se debe focalizar principalmente en cuatro aspectos que son los que más influyen en el consumo de energía y en el cuidado del medio ambiente: la envolvente del edificio, la iluminación, la instalación de climatización y la implementación de prácticas de reducción de consumo de energía y agua. Los hoteles verdes deben transmitir un mensaje de concientización en la protección del planeta, pero más allá de la responsabilidad ambiental totalmente imprescindible, el término sostenible abarca también la visión económica y el contexto social. Los huéspedes de todo el mundo están valorando y eligiendo cada vez más este diferencial de servicio.
Finalmente, hay una tercera meta enfocada en el concepto de diseño atemporal en la hotelería, que permita superar la obsolescencia, con estilos y materiales que perduren y superen las modas. El dinamismo del negocio hotelero exige concebir arquitecturas flexibles que permitan transformar los espacios según las necesidades. Estas decisiones de diseño producen inversiones más controladas y sustentables, así como una reducción del impacto ecológico.