Un año signado por la cautela

“En un año electoral y de incertidumbre, el panorama en la Argentina es que puede haber muchos negocios especulativos entrando y saliendo bien, según la hipótesis que se tengan”, precisó. Y resaltó que en general para los argentinos la reserva de valor es el ladrillo, la gente no está pendiente del bono que vence el año que viene, ni tampoco del riesgo país. Hay que seguir construyendo en el país.

Lamentablemente no hemos logrado estructurar el crédito para construcción, como lo han hecho otros países de Latinoamérica, y tampoco está el hipotecario. Por lo cual sigue existiendo la preventa, un tema que sólo lo entendemos los argentinos.” Hoy el real estate y la construcción se basa en la confianza mutua”, recalcó.  

¿Qué tipo de proyectos es posible llevar adelante? “Los desarrolladores urbanos siguen construyendo, comprando lotes, siguen buscando oportunidades. Pero hay que manejarse con más cuidado. Si fuera una empresa constructora y me ofrecen metros cuadrados vería en qué valor lo tomo y cuántos metros, para poder manejar, por lo menos mis costos indirectos y mi edificio, no me jugaría a tomar más que el 15%”, consideró. También hacer hincapié en la cadena de valor, con qué proveedores se trabaja, porque hoy si éstos entran a financiarse, a la larga tendrán un problema financiero.

Por otra parte, indicó que se está armando un gran negocio de construcción y desarrollo para muy pocos, que son los ejes de importantes superficies de terrenos que el AABE está licitando, por ejemplo Catalinas, donde hay proyectos emblemáticos que se van a largar porque tienen plazos estipulados. Para el sector medio hay oportunidades en toda la Argentina para hacer obras de 2000 a 3000m2, pero siempre evaluando cómo estructuran el negocio. “Si bien en dólares el costo de la construcción bajó, hay que evaluar los precios de venta. Y además tener en cuenta si se trata de unidades ya construidas o por construir. Es un momento para ser cuidadosos, pero siempre hay oportunidades”, resaltó.