El origen del problema es complejo y su impacto real debe calibrarse con prudencia, sostienen desde América Retail. En primer lugar, porque si bien es verdad que en ciertas categorías como la de los grandes shopping malls los cierres de establecimientos han sido notables, no está claro que se haya producido una reducción neta del número total de establecimientos. Todo parece indicar que se está frente a un cambio de preferencias del consumidor respecto al formato de establecimiento, más que ante una hecatombe comercial .
Con gran número de espacios comerciales obsoletos, Estados Unidos cuenta con una superficie bruta per cápita que es siete veces la de España, un exceso de superficie comercial que no ha experimentado una verdadera corrección desde los años ochenta. Algunos de estos centros fueron sobre endeudados en periodos de dinero barato, lo que explica que más de la mitad de los cierres lo sean por bancarrota. La quiebra de Toys R Us, la tercera mayor de la historia del país, es un caso claro. Sears parece otro buen ejemplo.
En último término, la tienda física tiene todavía algo que una página web no puede proporcionar, que es la experiencia sensorial. Como afirma el experto Doug Stephens en Business of Fashion, “las experiencias no venden productos: son el producto”. Ser capaz de crear experiencias únicas, con alto grado de personalización y coherencia en todos los puntos de relación con el cliente será algo cada vez más imprescindible.
A pesar de su enorme trascendencia, el negocio online no representa globalmente mucho más del 8% del comercio total, lo que significa que sigue existiendo una enorme oportunidad para acercar el punto de venta real al cliente.