Buenos Aires, ¿ciudad global?

En el informe se destaca que Buenos Aires tiene ciertas ventajas competitivas respecto de otras ciudades: se encuentra en la misma zona horaria que los Estados Unidos; tiene buen nivel de educación y profesionales con gran capacidad de adaptación a los cambios y a la adversidad; es una ciudad muy “europea”, con una oferta extensa de gastronomía, entretenimiento, arte y vida nocturna. La distancia no debería ser un factor determinante. Sidney, Melbourne o Singapur están más lejos cultural y geográficamente de los centros tradicionales de decisión y financieros, y sin embargo han sabido posicionarse y avanzar como súper ciudades.

El éxito en el sector inmobiliario a menudo se logra sobre el terreno donde el crecimiento económico es fuerte, pero ¿cómo es el perfil de estas ciudades globales? La respuesta pasa cada vez más por tener la cultura, la diversidad, el estilo de vida y las oportunidades que se necesitan para atraer y retener a la gente con talento. “Y si bien los empleadores pueden proporcionar una microubicación del lugar de trabajo, donde se combinen estos elementos, también deben existir a nivel urbano para generar esa masa crítica de personas capacitadas y creativas que alimenta el crecimiento de las grandes empresas”, precisa Domingo Speranza, directivo de Newmark.

De modo que hoy resulta clave evaluar cuáles son las características que impulsan a una firma, y a sus ejecutivos, a elegir a una ciudad como su lugar de desembarco. Para empezar, una ciudad tiene que inspirar y que contener tanto factor sorpresa como una oficina de Google si espera atraer compañías de ese calibre. Debe integrarse en las redes informales que prosperan en las ciudades globales, desde techies, gourmets, LGBT, consumidores de cultura hasta los amantes de las cervezas artesanales.

PERFIL LOCAL / AMÉRICA LATINA

La falta de capital, complicaciones en la importación de insumos fundamentales para el desarrollo de nuevos inmuebles y la incertidumbre institucional fueron los motivos que dejaron a la capital argentina con el menor stock en metros cuadrados de oficinas Clase A por habitante respecto de sus pares regionales. Si se toma en cuenta el PBI per cápita de la ciudad, la diferencia es aún mayor. Claramente esta situación se transforma hoy en una ventaja a la hora de analizar inversiones, áreas o nichos de negocios y potencial crecimiento. Latinoamérica representa el 8.5% de la población mundial, con 626 millones de habitantes. En los últimos años se consolidó como un mercado de más de 20 millones de metros cuadrados de oficinas Clase A.

Buenos Aires es la tercera ciudad en población, luego de Ciudad de México y São Paulo y seguida de cerca por Rio de Janeiro. Y a pesar de tener uno de los menores porcentajes de vacancia de oficinas Clase A, el stock de las mismas se encuentra un 35% por debajo del promedio de la región. Por otra parte, hoy estamos ante un plan de infraestructura en el área metropolitana inédito y el más importante en décadas, con los gobiernos nacional, provincial y comunal bajo el mismo signo político y trabajando de modo conjunto.

La incorporación de alrededor de un millón de metros cuadrados rentables al stock de oficinas Clase A de la ciudad en los próximos cinco a diez años propone un desafío y una oportunidad para atraer un importante caudal de fuerza de trabajo al mercado local.

La ciudad concentra el 10% del empleo nacional, con 2.600.000 trabajadores del sector primario, secundario y terciario de la economía. Si se considera el área metropolitana, representa el 55% del empleo nacional. Casi un 25% corresponde al sector público, y otro 25% al de servicios. Desagregando sector público, educación y parte de transporte y salud, el sector oficinas Clase A y B reúne un total de 1.350.000 empleos en la región metropolitana. En la ciudad, casi el 25% se compone de puestos relacionados con las actividades financiera e informática. Las TAMI (Technology-Advertising-Media- Information) dominan la demanda de trabajadores. Los sectores de mayor empleo y que mayor superficie requieren se concentran en el Centro, con un claro crecimiento hacia la zona Norte que genera subcentros y distritos nuevos a modo de clusters, como Palermo, Belgrano-Núñez o Parque Patricios.