Frente a la magnitud de los cambios y al estado actual de las ciudades, hoy para la actividad, para las empresas y mercados, la idea misma de sustentabilidad se conjuga en términos de innovación profunda. Necesitamos revisar paradigmas, repensar las lógicas y rediseñar los modelo de negocio. Es tiempo de de hackear las dinámicas históricas del sector, para crear desde adentro lo que viene.
Trazar un mapa que permita ubicar los diferentes factores de cambio, lleva a plantearnos el cruce entre las áreas de la cadena de valor, y un agrupamiento simplificado de sus drivers. El esquema, en un solo golpe de vista debe permitirnos ubicar las innovaciones para monitorear su avance, analizar su interacción y evaluar su impacto en el sector, así como las nuevas demandas y oportunidades que genera cada una para la innovaciones.
El real estate responde a un patrón desagregado ique articula esas dinámicas diversas en un único modelo general de negocios. Pero junto a ellas, la mirada a la cadena de valor no puede obviar lo relativo al desarrollo urbano, al tiempo que es insoslayable también su relación con el plano financiero. Así, las verticales de nuestro mapa incluyen cinco grandes áreas de gestión: la Urbana, en la que actúan las instituciones públicas e intermedias , la Infraestructura, que corresponde a arquitectos, constructores, proveedores ; la Innovación, en la que intervienen desarrolladores, y emprendedores a cargo del diseño y gestión estratégica del negocio, los Clientes, que tiene a los corredores inmobiliarios como actores. Finalmente, la gestión financiera, que encara la movilización de capitales y rendimientos.
CRUCE DE ÁREAS
A la vez la gestión urbana-inmobiliaria se ve impactada por líneas de innovación diversas, que se retroalimentan para estructurar ese ecosistema de cambio. A saber: las políticas referidas a suelo y vivienda, el cambio de paradigmas en valores, culturas, modos de vida, de relaciones y consumos; nuevos marcos generales y específicos; nuevas pautas, nuevos instrumentos, nuevos derechos; el retorno del crédito, nuevas modalidades y vehículos de inversión, a lo que se suma la tecnología.
Por eso, toda gestión estratégica requiere primero sistematizar una mirada compartida entre todos deberemos ir ajustando, corrigiendo, sabiendo que en realidad el trabajo recién comienza. Con el mapa a la vista se trata de repensarnos como sector.