Consultado por Áreas Globales, señaló que en relación con “desarrollos propios de vivienda multifamiliar urbana, lo que nos viene sucediendo desde hace un tiempo largo ya es que, el análisis económico-financiero de los desarrollos inmobiliarios medidos en moneda dura dólar, no arrojan un resultado positivo que aliente la inversión “ especialmente si se los compara con otras alternativas de inversión y el análisis de los riesgos asociados para cada una.
“La sumatoria de costos, que técnicamente se denomina costo de reposición, con altos valores de las tierras, costo de construcción record en dólares, carga impositiva voraz, honorarios profesionales y demás gastos asociados, no está en sintonía con los valores de realización y las expectativas de la demanda respecto de estos bienes, que en varias ocasiones supera con creces los valores posibles de comercialización del producto inmobiliario”, sostiene el profesional.
No obstante, reconoce que esta situación está en proceso de cambio, con el nuevo rumbo político y sobre todo desde la salida del cepo cambiario, con el control de la inflación, con la vuelta al crédito créditos hipotecarios UVA de largo plazo que habilita a millones de argentinos a poder comprar un inmueble. “Con el ajuste reciente del tipo de cambio, se propicia un muy alentador nuevo escenario para repensar el negocio, las zonas de desarrollo, el producto y el target objetivo de los mismos. Esta es la tarea y nuevo desafío para quienes desarrollamos productos inmobiliarios, que la oferta y la demanda vuelvan a encontrarse en un justo equilibrio para ambos”, concluyó.