La medida facilitaría a los compradores poder acceder a una vivienda que todavía no está escriturada o bien adquirir una unidad en un desarrollo desde el pozo, aportando mensualmente a algún fideicomiso. También beneficia a las desarrolladoras inmobiliarias que contarán con préstamos bancarios para financiar sus proyectos.
“Es una excelente noticia para el sector que se ponga en agenda la necesidad de dar créditos desde el pozo, precisó Mario Gomez, directivo del Colegio Profesional Inmobiliario, sobre todo porque ante una demanda creciente de créditos hipotecarios, la oferta en Capital Federal es reducida y se vuelca al usado. Con esta medida se pueden incorporar más superficie, activar el mercado del nuevo y generar un efecto multiplicador”.
Y agregó que es una bajada de línea a los bancos, algunos de los cuales ya están analizando y trabajando en ese sentido con algunos de sus clientes. “Falta que la medida tenga plena operatividad. El desarrollador le debe dar al comprador en preventa un seguro de caución para que esté protegido, en caso de incumplimiento del desarrollador, y a su vez, que el comprador tenga con qué responder al banco que le dio el crédito.
“Ese seguro está previsto en el artículo 2107 del nuevo Código Civil y Comercial que incorporó la ley de propiedad horizontal dejando sin efecto la figura de la prehorizontalidad. El tema es que la Superintendencia de Seguros no la reglamentó, por ende ninguna compañía de seguros la aplica. Habrá que solucionar ese tema”, consideró Gómez.
El comunicado también incluye, además de los boletos de compraventa, las participaciones en los fideicomisos, si bien en este último caso los bancos eran bastante reacios, en la actualidad hay otro enfoque más amigable con respecto al riesgo.