Crece la demanda de superficies premium

La absorción neta acumulada anual alcanzó los 70.000 m2, cifra que supuso un crecimiento del 120% respecto de 2015, validando la fortaleza y preferencia de la demanda por edificios Premium estratégicamente ubicados. En este contexto, la vacancia continuó con su tendencia a la baja descendiendo hasta el 5,6% en el último trimestre del año, reduciendo el promedio de los últimos 15 años al 7,9%.

El índice de vacancia con tendencia a la baja en un mercado subofertado es una combinación muy atractiva para desarrolladores locales, dado que genera buenas expectativas de comercialización de nuevos proyectos.

En 2016 las rentas de la zona CBD aceleraron su crecimiento como resultado de la revalorización del submercado CatalinasPlaza Roma, que fueron impulsadas por la finalización del edificio Torre BBVA y finalizaron el año con un incremento acumulado del 8,6%.

Por el contrario, las rentas de la zona NON CBD mostraron un crecimiento más moderado quedando en promedio unos 2 US$/m2 /mes por debajo de los precios pedidos en el CBD. Este submercado fue uno de los que ha mostrado mayor dinamismo durante el año, concentrando el 67% de la absorción neta anual (45.800 m2 ). La producción de nueva superficie fue récord en 2016 y superó en un 13% al promedio histórico del los últimos 15 años. Se espera que 2017 inicie con la entrega de 41.000 m2 en el submercado Catalinas- Plaza Roma y que finalice con una producción acumulada similar a la de 2016.

PANORAMA ECONÓMICO

Durante 2016 la evolución de los indicadores económicos mostraron caídas generalizadas. En el tercer trimestre del año el PBI mostró un descenso del 3,8% respecto del mismo período del año anterior, reflejando el retroceso económico del país. Este deterioro se refleja también en la caída del ingreso en los hogares, reducido por la elevada inflación, el incremento de las tarifas de los servicios públicos y paritarias que dejaron aumentos de sueldos de los trabajadores sindicalizados por debajo de la tasa de inflación anual.

A corto plazo los mayores desafíos del gobierno serán conseguir la desaceleración de la inflación y la recuperación del salario real, que constituye un factor clave para dar impulso al consumo interno y recomponer la actividad económica. En septiembre pasado el BCRA lanzó su política de metas de inflación que propone alcanzar un máximo del 17% en 2017. Las consultoras privadas coinciden en que es una meta ambiciosa, aunque sin duda un mayor control sobre la inflación se traduciría en una mejora del salario real.

Con el mismo objetivo de recuperar el poder adquisitivo del salario real, y como resultado de la presión del bloque de diputados no oficialistas, en diciembre se aprobó la reforma de la Ley de Ganancias, que también aportó una mejora en el poder adquisitivo de los salarios. Mientras la inversión extranjera tarda en concretarse, el dato positivo fue la buena aceptación que tuvo el régimen de sinceramiento fiscal que consiguió aumentar la oferta de dólares, permitiendo cierto control sobre el precio de la divisa y el impulso de la recaudación fiscal.