Hacia una profecía autocumplida

Con expectativas positivas, y un panorama más claro en los lineamientos, todo el sector está esperando que suceda aquello de la profecía autocumplida. El exitoso blanqueo que ha superado incluso pronósticos optimistas, la posible canalización hacia el sector de esos capitales, así como la apertura de líneas de crédito hipotecario con tasas razonables de interés, ajustables a largo plazo, alientan pronósticos favorables para el año recién iniciado, y efectos que se estiman serán dinamizadores para la construcción. Como dato, los staff de algunos bancos privados, ya están incorporando personal para atender una demanda que ya tomó fuerza en los últimos meses. Si se tiene en cuenta la respuesta obtenida en las nuevas líneas, y el descenso de la inflación que ya se está produciendo, la tendencia será altamente propicia.

Si se suma el hecho de que el Gobierno apuesta a la construcción de viviendas para la clase media como hito multiplicador de la economía, los pronósticos apuntan a que en los próximos dos años se verán instaladas, y en expansión, las líneas de crédito que alimentarán esa demanda postergada.

Claro está que será necesario lograr un marco de estabilidad económica, reducción de la inflación y mayor confianza de los mercados y del público, condiciones que de cumplirse provocarán un crecimiento exponencial de la actividad inmobiliaria, dado el nivel de la postergación que viene sufriendo  la demanda en los últimos años.