Edificios para la salud, un tema pendiente

El tema requirió varios debates convocados por Áreas Globales, de los que surgió como asignatura pendiente la de gestionar la readecuación de los hospitales de Buenos Aires, máxime cuando se pone el acento en el ahorro energético. Algunos con más de cien años, pero en posesión de predios que no bajan de las cuatro o cinco hectáreas y parques fantásticos,  podrían readecuarse e integrarse varios en un mismo lugar, gestar complejos más relacionados.

Es cierto que la  dinámica de los cambios tecnológicos impulsa y supera al de las obras, por lo cual se requiere mayor planificación y preparación para que los nuevos modelos se trasladen a la arquitectura. Hay que planificar edificios que puedan garantizar la supervivencia, a través del tiempo, quizás con mayor costo inicial pero que se amorticen en pocos años. Sobre todo por la evolución de los instrumentos y los nuevos conceptos, como la integración, espacios en los que hay también recreación, comercios, para que puedan ser usados por los que concurren o están en el hospital con posibilidad de hacerlo. En definitiva, generar multiespacios para la salud.

El Estado debería realizar su propio Masterplan para la salud, a largo plazo y ejecutado más allá de los gobiernos. Un edificio bien concebido  sana o ayuda a hacerlo. Otro se enferma y enferma, por lo cual los esquemas de circulación, el verde incluido, las actividades anexas, todo integrado permite tratar a los enfermos. Esa perspectiva es la que hay que entender.

De todos modos para lograrlo, es imprescindible unir la gestión pública con la privada, como parte de una actividad rentable que requiere lógicamente de una legislación, lo cual no es imposible de concretar. De ello hay ejemplos en el mundo, en España, Chile, Inglaterra, aunque se necesitan políticas de largo plazo y seguridad jurídica. De otra manera, no sería factible desarrollar hospitales de gran envergadura que requieren ingentes inversiones.