Casa FOA La Defensa, que se desarrollará del 1º de octubre al 11 de noviembre, se ubica sobre la calle Defensa 269, muestra viviente de la protección del patrimonio histórico, fiel al espíritu de esta exposición de reciclar edificios que cuentan nuestra historia. Una calle que conecta los barrios más antiguos del casco histórico la ciudad de Buenos Aires (San Telmo, Montserrat y Barracas).
Esta edición como homenaje al Bicentenario, se caracteriza por una mirada a nuestro acervo cultural que se ha plasmado en un concurso, en el que se han presentado 20 sillas materas que sobresalen por la creatividad puesta de manifiesto por los artistas, los que a través de un objeto tan sencillo, han sabido expresar sus ideas y visiones sobre el país. También la imaginación se pone de relieve en la exhibición de bancos de uso diario, diseñados por distintos artistas, que dejan de serlo para cobrar formas impensadas.
Si lo tradicional está presente, también lo están la vanguardia y la tecnología al servicio del confort y del diseño que, en está edición, se distingue por el aprovechamiento de los espacios.
La medalla de oro fue para el espacio N° 23 Kitchen for rent realizado por María Zuzino y Geraldine Grillo, que se define como un lugar para cocinar con amigos, un area de cocción y trabajo. Realizado con materiales nobles y prácticos: hormigón, acero, melamina, mármol Carrara de Redimat, y madera, la cocina se transforma en “ un espacio compartido”, disponible para ser rentado, pero también para convocar a amigos clientes a comer. Se reserva un espacio de privilegio para el cocinero. Una caja de vidrio que aísla del calor y los olores y que, a la vez, lo convierte en el protagonista, como un artista en su escenario. Uno de los muros es el contenedor de los muebles para el guardado de la vajilla, utensilios y heladeras. Por último dos espacios para comer. El albergue de los comensales: las mesas.
En el lobby de la planta baja, se ha instalado la Panadería de Pablo Massey, diseñada por Horacio Gallo, que fue distinguido con la medalla de plata. Entre los elementos del equipamiento se destacan los muebles de madera maciza, con cierta blancura y opacidad, los aparadores y mesas comunitarias con tapas de mármol de carrara. Las barras son un homenaje al vecino Café La Puerto Rico. Luz incandescente y cálida recrean el ambiente. Todo sobre un piso macizo de roble americano claro, sin tratamiento sintético. Como lo definió su autor, “rejunte criollo de piezas refinadas, cambalache barrial y diseño contemporáneo”.